Las 4 patas de la salud integral

Con una pata rota

Creo que todos nosotros en algún momento tuvimos en la casa una silla a la que, ya sea por el excesivo uso, el mal uso o la falta de mantenimiento, se le aflojó una de sus patas. Quizás pasamos años así, restándole importancia, hasta que un día el deterioro se hizo evidente y sufrimos los efectos de nuestra negligencia. Una silla con una pata rota es un riesgo, un peligro, el presagio de una inminente caída, de un golpe que puede acarrearnos consecuencias indeseables. En el artículo anterior identificamos las áreas que componen al ser humano: la vida biológica, la vida de nuestra psiquis, la vida social y el aliento espiritual, las cuales se encuentran en una constante interacción conformando un todo integrado.

Necesitamos comprender que procrastinar alguna de estas áreas debilita la salud integral y nos expone a un riesgo innecesario. Identificar nuestras carencias es el primer paso, muchas veces el que más nos cuesta, porque implica revisar creencias personales, prioridades y límites. Una vez aclarado el panorama necesitaremos tomar decisiones relativas a horarios, hábitos y actividades, será un momento para realizar modificaciones en nuestra vida, sin prisa pero también sin pausa; de trabajar intencionalmente en el cuidado de cada una de las áreas para establecer cambios duraderos, los que sin duda alguna mejorarán nuestra calidad de vida e impactarán positivamente a quienes nos rodean.

Cuidar de nuestro cuerpo

Todos sabemos que para cuidar nuestro cuerpo necesitamos nutrirnos correctamente por medio de una buena alimentación, seguramente también escuchamos sobre la importancia de la actividad física y del descanso, sin embargo, al momento de llevarlo a la práctica emergen dudas al respecto, porque la información sobre estos temas es tan variada como confusa. Por eso lo ideal es realizar al menos una consulta a un especialista o acercarnos a un profesional amigo que pueda orientarnos en las decisiones a tomar, ya que variables como la edad, la existencia de alguna patología y aún nuestra realidad socioeconómica, laboral y familiar, son importantes antes de realizar cualquier ajuste en nuestro estilo de vida.

Cuidar de la psiquis

Nuestra psiquis es un espacio complejo donde las enseñanzas y vivencias que experimentamos van tejiendo una estructura que moldea nuestros pensamientos y emociones, dando por resultado una particular forma de interpretar el mundo y accionar frente a sus demandas. Por eso necesitamos tomar consciencia de nuestras emociones y aprender a ponerlas en palabras, como así también conocer nuestra estructura mental para cuestionar la veracidad de los pensamientos automáticos que nos asaltan.

Ocuparnos de nuestra vida social

Las personas somos seres esencialmente sociales que necesitan de un otro para ser y desarrollarse. Todas las interacciones de las que participamos a diario tienen la capacidad de generar un impacto positivo o negativo en nuestras vidas, pueden inspirarnos para alcanzar nuevas metas o hacernos sentir sin valor y fracasados. Necesitamos con urgencia mirar nuestro entorno con ojos críticos y trabajar en la  construcción de relaciones sanas y vínculos significativos.

Acercarnos a la fuente de vida

A través de la historia hombres y mujeres lucharon por transcender, por perdurar más allá del fin de la materia, con la esperanza de ganar la inmortalidad y así vencer al mayor enemigo de la humanidad: la muerte. En la actualidad, aún en medio de tantos avances tecnológicos, del acceso a infinidad de comodidades y de la búsqueda de nuevos placeres, el alma humana continúa buscando respuestas para aquellos primeros interrogantes, sedienta de recibir el aliento espiritual capaz de renovarnos en fe, esperanza y propósito.

Balance: la palabra clave

Quizás hoy digas: ¡yo no tengo ninguna pata rota! Me he estado ocupando de todas estas áreas pero aún así percibo cierto malestar. Y es que a veces las patas de la silla no están rotas pero están desbalanceadas y en alguna recae más el peso que en las demás. Todos sabemos que una silla útil y confortable tendrá las cuatro patas perfectamente alineadas, en balance; pues en el tema que nos convoca también allí está la clave, en hallar un equilibro armonioso entre el cuerpo, la psiquis, las relaciones interpersonales y nuestro espíritu. En los próximos artículos abordaré cada una de las áreas de manera exclusiva para poder ahondar en cada uno de estos maravillosos conceptos.