Al realizar una búsqueda en Internet acerca del significado de la planificación familiar, vamos a encontrar en primer lugar una referencia a los métodos anticonceptivos disponibles con el fin de regular la reproducción, decidir el número de hijos como así también el intervalo entre embarazos.
Sin embargo, al seguir indagando sobre el tema, tomaremos cuenta de que su relevancia no se agota en la vida personal y familiar sino que también impacta en el desarrollo socioeconómico de las naciones. Pueden encontrarse artículos y estudios haciendo referencia a la incidencia de la planificación familiar en cuestiones como la salud, la pobreza, la economía, la educación y hasta el empoderamiento de las mujeres.
Frente a este bombardeo de cifras, estadísticas y programas que buscan incentivar a un control de la natalidad podemos tomar al menos dos posturas: pensar en el nacimiento de un nuevo ser como un problema o lo que es peor, un producto, sobre el cual se puede “disponer” o no de acuerdo a la conveniencia del momento; o bien comprender que el nacimiento de un hijo constituye uno de los momentos más sublimes de la raza humana, que se trata de la llegada de un ser único e irrepetible a esta tierra, pero también indefenso y necesitado de cuidados y atención.
Mucho más que anticonceptivos
Personalmente creo que la planificación familiar va mucho más allá de lo relacionado con la fecundidad y la decisión de tener o no hijos, de cuántos serán o en qué momento de la vida nos gustaría tenerlos, sino que necesita integrar la idea de un “plan de vida”, es decir, de un proyecto de vida que guie los pasos de las personas y sirva de referencia para la toma de decisiones. Si hacemos uso de este recurso para estudiar una carrera universitaria, construir una casa, festejar un cumpleaños u organizar un viaje ¿cuánto más necesitaremos recurrir a la planificación para proyectar la vida?
Pensar en un “plan de vida” no se trata únicamente de proyectar el futuro o determinar los pasos a seguir para alcanzar nuestros sueños y convertirnos en personas exitosas; también implica determinar cuáles serán los pilares que nos sostendrán cuando las cosas no salgan como planificamos, los valores que guiarán cada decisión y las prioridades con las cuales nos comprometeremos.
Una existencia milimétricamente planificada puede desmoronarse en fracción de segundos si descuidamos el desarrollo de una vida interior bien nutrida, si desconocemos el poder de las emociones o nos dejamos llevar por la vorágine de un sistema altamente materialista y competitivo, que fácilmente puede desviarnos de la ruta original.
El mejor momento para comenzar
Si queremos construir una relación, si pensamos en formar una pareja estable e incluso antes involucrarnos con otra persona, deberíamos reflexionar acerca del rumbo que deseamos darle a nuestra vida. ¿Por qué? Porque cada persona lleva consigo expectativas relacionadas con su legado familiar, con su propia historia personal y con sus sueños. Mientras que una persona puede soñar con viajar y recorrer el mundo, otra puede desear establecerse en un lugar y construir una familia. ¿Ambos sueños son irreconciliables? No necesariamente, pero requerirá de diálogo, negociación, renuncias, respecto y, por supuesto, planificación.
Por décadas venimos escuchando relatos en los cuales se resalta la necesidad de probar si existe una suerte de compatibilidad sexual antes de formar una pareja para alcanzar una relación plena y exitosa, si bien la intimidad es un aspecto muy importante para la construcción de un vínculo amoroso ¿cuánto se habla de la compatibilidad de intereses para construir un proyecto de vida juntos?
Si el objetivo es construir un proyecto de pareja a largo plazo, será imprescindible aprovechar cada momento como así también respetar los tiempos del otro, hacer lugar para un diálogo profundo a fin de conocer el mundo interno de la persona, hablar con sinceridad de los intereses, de los sueños, de las aspiraciones, de las ambiciones y las prioridades. ¿Cuántos corazones lastimados, relaciones rotas, divorcios y niños infelices evitaríamos?
“…no comiences sin calcular el costo.” (Lucas 14:28ª NTV)
Referencias
Gutiérrez, Miguel (2013). La planificación familiar como herramienta básica para el desarrollo. Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública. Vol. 30, N°3: 465-70. DOI: 10.17843/rpmesp.2013.303.285 Recuperado de: https://rpmesp.ins.gob.pe/index.php/rpmesp/article/view/285
Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente (2022). Recuperado de: http://tyndale.com/sites/ntv/busque-y-lea.html