La mente también necesita una pausa

Mucho más que dormir

Descansar es mucho más que dormir siete u ocho horas por día, necesitamos aprender a desconectarnos de las preocupaciones y darle un respiro a nuestra mente en medio de las rutinas diarias. Por ejemplo, realizar pequeñas pausas mientras trabajamos o estudiamos nos ayudará a estar más concentrados y como resultado seremos más eficientes en nuestras tareas. Levantarnos para caminar y elongar si la actividad implica estar mucho tiempo sentados o bien tomar asiento, relajarnos y respirar profundamente si estuvimos mucho tiempo de pie, suelen ser prácticas tan simples como efectivas.

Aunque hasta aquí pareciera tratarse del algo sencillo y fácil de alcanzar, la realidad es que muchas veces la fatiga mental halla sus raíces en situaciones adversas relativas a la salud, la economía, la familia y otros vínculos interpersonales o bien en conflictos internos no resueltos que nublan nuestra percepción y nos paralizan. En tal aspecto hacemos referencia a la importancia de trabajar en un descanso emocional que nos permita conectar con lo que sentimos para procesarlo adecuadamente.

Identificar nuestras emociones, procesarlas y expresarlas de forma saludable nos ayuda a liberarnos de la carga que implica simular que “todo está bien”, nos permite aceptar nuestra realidad, que no es lo mismo que resignarse, y libera nuestra mente para pensar con claridad y creatividad, buscar posibles soluciones y tomar decisiones.

El psicólogo Oscar Castillero Mimenza nos explica que hablar de salud mental no es tema sencillo y que podemos encontrar diversas definiciones de acuerdo a la disciplina desde donde se la observe. Sin embargo declara que:

De una manera general es posible definir la salud mental como el estado de bienestar subjetivo en el que la persona es capaz de hacer frente a las demandas psicosociales del día a día, es consciente de sus capacidades y puede gracias a ellas adaptarse e integrarse de manera efectiva en el mundo que le rodea. (2018)

En la actualidad, gracias a los recursos que brinda la Teoría Cognitivo-Conductual (TCC) y a los estudios llevados a cabo por la neurociencia, contamos con importantes herramientas que pueden mostrarnos de manera práctica como alcanzar un descanso realmente integral. Sin embargo, los profesionales que estudiamos los fundamentos bíblicos y gustamos de su valor práctico, quedamos extasiados al comprender que “todo esto ya estaba escrito” y que, muchos de los postulados de la TCC como de los descubrimientos de la neurociencia tienen su precedente en las Sagradas Escrituras.

Si bien en algunas situaciones necesitaremos de una ayuda profesional que nos brinde herramientas específicas y acompañamiento para resolver los problemas que nos aquejan, podemos encontrar en la Palabra de Dios recomendaciones prácticas que pueden guiarnos hacia un descanso reparador:

–  Externalizar lo que nos duele, molesta, preocupa o hiere

Necesitamos “sacar del cuerpo” los pensamientos y sentimientos que nos agobian, asignándole palabras que los identifiquen, ya sea de forma verbal o escrita.

No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6-7 Nueva Versión Internacional)

–  Reflexionar realizando un análisis profundo de nuestros pensamientos.

Necesitamos aprender a realizar un análisis crítico de nuestros pensamientos, preguntándonos por qué pensamos como pensamos, para descubrir si provienen de realidades objetivas u obedecen a patrones automáticos o irracionales.

¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida? (…) Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy. (Mateo 6:27, 34 Nueva Traducción Viviente)

–  Reemplazar las distorsiones cognitivas por la verdad

Necesitamos descubrir nuestras estructuras mentales y hacerle frente a las creencias erróneas que nos llevan a sacar conclusiones apresuradas, para reemplazarlas por la verdad.

No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta. (Romanos 12: 2 NVI)

–  Aceptación: ser amables con nosotros mismos

Necesitamos abandonar la culpa, la victimización y la falta del perdón para reemplazarlas por un reconocimiento genuino de nuestros errores, que nos guíe al camino de la restauración.

¿Por qué estás tan abatida, alma mía? ¿Por qué estás tan angustiada? En Dios pondré mi esperanza y lo seguiré alabando. ¡Él es mi salvación y mi Dios! (Salmos 42:5 NVI)

Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. (Romanos 8: 1-2 NVI)

Cambio de perspectiva

La terapia cognitivo conductual (TCC), recomendada para el abordaje de problemáticas y trastornos relativos a la salud mental, se construye sobre la idea de que nuestros pensamientos influyen tanto en nuestras emociones como en nuestros comportamientos, sosteniendo que, si logramos identificar y modificar  los patrones de pensamientos negativos o distorsionados, podremos transformar nuestra forma de sentir y en consecuencia, enfrentar la vida desde una perspectiva más saludable, modificar nuestras conductas y, por supuesto, mejorar nuestra salud mental.

Los principios de esta escuela de pensamiento, relativamente nueva dentro de la psicología,  guarda correlación con el texto bíblico:

(…)  Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza. (Filipenses 4:8 NTV)

Fijar intencionalmente nuestra atención en lo bello que nos rodea y en aquellas pequeñas bondades que experimentamos a diario tiene el poder de cambiar nuestro enfoque y nos permite vivir vidas más agradecidas y más plenas.

Mientras tanto, la invitación de Jesucristo sigue abierta y está al alcance de quienes deseen aceptar su enseñanza, aplicar sus principios y aprender a descansar:

Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los haré descansar. Acepten mi enseñanza y aprendan de mí que soy paciente y humilde. Conmigo encontrarán descanso. (Mateo 11:28-29 La Palabra de Dios para Todos)

Referencias

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